La Abadía de Fountains en Yorkshire del Norte, Inglaterra, son las ruinas de un monasterio cisterciense, fundado en 1132. Esta abadía es una de la más grandes y mejor conservadas abadías cistercienses en Inglaterra. Es un edificio que tiene el Grado I de protección y es propiedad de la Fundación Nacional para Lugares de Interés Histórico o Belleza Natural. Junto con los Parque Real de Studley, forman parte de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La Abadía de Fountains fue fundada en 1132 tras una disputa en la abadía de Santa María en York. Tras estos disturbios, trece monjes fueron exiliados y tras un infructuoso intento de volver a la Regla de San Benito de principios del siglo VI, cayeron bajo la protección de Thurstan, arzobispo de York. Éste le dio un sitio en el valle del río Skell. Este valle cerrado proporcionó a los monjes todo lo que necesitaron para la creación del monasterio, protegiéndoles de la inclemencias del tiempo, madera y piedra para el edificio, una fuente de agua. Los monjes solicitaron la adhesión a la Orden del Císter en 1132.
La abadía funcionó hasta 1539, cuando Enrique VIII ordenó la Disolución de los monasterios. Los edificios de la abadía y unos 2 km² de terreno fueron vendidos por la Corona, el 1 de octubre de 1540, a Sir Richard Gresham, un comerciante de Londres, padre del fundador de la Bolsa de Londres, Sir Thomas Gresham.
La abadía de Furness fue la segunda mayor del Reino Unido, seguida de ésta.
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