“Las Vías das Viñas”. Durante los últimos años, no muchos no creáis unos seis o siete, han ido proliferando éstos sistemas diseñados para aligerar la tarea de cargar cestos a la espalda ladera arriba, gracias al perfeccionamiento de uno que se usaba en Italia, por parte de un vecino de Sober, Alfredo Rodríguez. Se trata como podéis ver en la foto de una plataforma de hierro de unos 90 cm de anchura que se desplaza por dos raíles, asentados a lo largo de la pendiente del viñedo, y adaptándose a su longitud y a las curvas de un paisaje en el que las pendientes parecen cortadas en vertical. Dispone de un sistema antivuelco y puede frenarse, funcionando mediante un sistema electrógeno. Normalmente, se colocan de forma que puedan dar servicio, siempre que sea posible, a varias viñas. Ahora creo que entenderéis porque a este tipo de viticultura con grandes desniveles que pueden llegar en ocasiones al 80% y en los que son necesarios esos bancales para evitar la erosión, se le llame “viticultura heroica” y no sin razón, por el sacrificio que supone, en tiempo de vendimia, sacar la uva de la viña. Evidentemente, éstas “vías das viñas” han permitido que la viticultura heroica de la zona en éstos bancales, siga siendo heroica, pero mucho más humana haciendo la recolección de éste preciado fruto mucho menos penosa. Todavía quedan viñas en las que la uva se tiene que sacar por el río mediante barcas. ¡Para que luego nos quejemos del precio de una botella de Mencia o de Godello!.
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